has de saber, mujer que tu ser me hace delirar, alucinar, en colores
el fondo de tu piel, esconde tesoros para todo aquel, que se atreva a descender a por ellos
y has de saber, mujer que tu voz tan suave es la miel que tiñe al sol cuando sale
en cada amanecer, parece que sale y cuando se pone, mirá como se pone en cada atardecer